18 diciembre 2008

El universo adolescente de los 80 a través de una mirada cargada de somníferos(Donnie Darko[2001])

Resulta complicado explicar de qué trata esta película y, todavía más importante, la forma en que se expone y desarrolla su historia, por la dificultad, en este caso notable, de que unas cuantas palabras puedan ajustarse a su realidad, no ofrezcan una idea equivocada y, sobre todo, eviten que el futuro espectador la disfrute de lleno. En cualquier caso, este viaje onírico, de hipnotismo embriagador y un muy peculiar sentido del humor, es altamente recomendable, y si uno consigue ser tan afortunado como para que lo atrape hasta el fondo, no sólo le entusiasmará, sino que le "encantará", y utilizo este verbo en su sentido más narcótico, como el mítico encantador de serpientes que embauca y obnubila con la flauta a sus víctimas.

Donnie Darko –que, como apunta su novia en el film, parece el nombre de un superhéroe– es un adolescente "problemático", con trastornos de personalidad, que le llevan a tener un comportamiento extraño. Donnie vive en un anodino barrio residencial de una no menos anodina localidad norteamericana, con su familia, también anodina y muy típicamente norteamericana. Tiene una especie de amigo imaginario, un siniestro conejo de gran tamaño, que sólo él puede ver, y que en una de sus apariciones le vaticina que el mun-do se acabará en pocos días. Esa misma noche, el motor de un avión cae sobre la casa, justo encima de la habitación que ocupa Donnie, aunque no hay rastro del avión supuestamente accidenta-do. Así comienza este periplo circular que transcurre entre lo fantástico y la comedia más negra y amarga, deambulando por una atmósfera enrarerida y oscura, entre personajes grotescos, y sumergiendo al espectador en un ambiente enfermizo y anestésico –la sensación es la misma que si uno se hubiera tragado unos cuantos ansiolíticos y mostrara el mundo a través de sus ojos–.

El film está inmaculadamente realizado en todos y cada uno de los sentidos, y tiene un poder inusual, es fascinante y turbador. Si hay verdadero talento tras esta indiscutible persona-lidad, ya se verá. Sea como sea, la película es un excelente arran-que de genialidad, le sonara o no la flauta por casualidad a su autor, un joven debutante llamado Richard Kelly –también firmando el guión–, incluso para aquéllos que pudieran discutirle su merecida ración de originalidad. Pues ciertamente, no es la primera vez que alguien "se saca a un conejo de la chistera". En 1950, Henry Kos-ter realizó una premiada comedia titulada "Harvey" en la que James Stewart interpretaba a un cuarentón al que se le aparecía un enor-me conejo que también era su amigo invisible. Pero pocas coinci-dencias más se encontrarán, pues la trayectoria argumental de Donnie Darko y su estilo visual y narrativo son bien distintos.

Donnie Darko es un must to view simplemente porque debe vivirse, tanto mejor en la pantalla grande. Y como decía al principio, si en-gancha, crea adicción.